Viviendo en un Universo holográfico...


¿Acaso no ves las señales? ¡Están por todas partes! El tema de las «señales» o sincronías es uno de los que a nuestros clientes «racionales» más les cuesta integrar. Argumentan que no las ven y es cierto, puesto que para verlas hay que sentirse parte integrante de un todo y no «aparte» del todo… Es como si un pez dijera que no ve el agua…




Hace ya muchos años que el concepto de sincronía llegó a mi vida para hacerme ver que la casualidad no existía. Y aunque tardé un tiempo en integrar el modo en el que el Universo te hace llegar sus mensajes, poco a poco, fui tomando conciencia de que las sincronías son algo así como cuando un mensajero llama a tu puerta para entregarte un paquete que tú mismo habías pedido con anterioridad.

De la mano de la sincronía llegó la Ley de Causa y efecto y por fin pude olvidarme de la «suerte» y tomar conciencia (también poco a poco) de que todo lo que se cosecha es porque lo hemos sembrado previamente con nuestra forma de actuar.

Al respecto, comparto este párrafo del libro de metafísica: El sermón de la montaña. La llave para triunfar en la vida… Autor: Emmet Fox. Es un libro inspirador, sobre todo, cuando la carga terrenal se  hace algo empinada…


«Tal como pensamos de otros, tal como hablamos de ellos, tal como nos portamos hacia ellos, así pensarán, y hablarán de nosotros, y así se portarán con nosotros. Sea cual fuere nuestra conducta, inevitablemente nos será devuelta. Todo lo que les hacemos a otros, tarde o temprano, aquí o allí, alguien nos lo hará. Esto no quiere decir que las personas a quienes tratamos bien o mal sean las mismas que nos devuelvan mañana la acción. Lo que ocurre es que, en otro momento, tal vez años después, en otro lugar lejano, alguien que no sabe nada de la acción anterior nos la pagará con la misma moneda. Por cada palabra áspera que decimos a otra persona, o de otra persona, tal palabra nos dirá o se dirá de nosotros. Por cada vez que defraudemos, seremos defraudados; por cada vez que engañemos, seremos engañados. Por cada mentira que digamos, se nos mentirá también. Por cada vez que descuidemos un deber, por cada evasión de una responsabilidad, cada abuso de la autoridad sobre otras personas, estaremos haciendo algo por lo cual, inevitablemente, se nos pagará haciéndonos sufrir una herida igual. Con la medida que midiereis se os medirá»



Viviendo en un Universo Holográfico

Al principio, pasé por una etapa en la que mi mente se afanaba en buscar y esperar las señales o sincronías, casi «ansiosamente», al considerarlas algo así como milagrosas o extraordinarias pero, pronto me cansé y decidí que no valía la pena estar pendiente de cuando llegaban los mensajes del universo. Sobre todo, cuando integré que estos mensajes eran como las miguitas de pan que uno mismo va dejando para reconocer el camino de vuelta a casa. Ahora las sincronías van y vienen pero no les concedo un carácter extraordinario ya que he aprendido a verlas en «todo lo que me rodea» y ahora las considero como si fueran las señales del código de circulación.

¡En cuanto empiezas a circular en coche y dejas de tener conciencia de «peatón» se ven por todas partes!

Así llegué a la conclusión de que las sincronías o señales «extraordinarias» cuando se dan, al igual que en la carretera, son indicio de obras, accidentes, atascos, etc. y que es mejor que no aparezcan en tu camino. Es cierto que estas sincronías «especialmente» significativas existen (yo he vivido unas cuantas en el pasado) pero suelen aparecer en momentos «especialmente» críticos, generalmente circunstancias difíciles en las que la mente expande su nivel de conciencia y presta atención a lo que «de normal» no es capaz de apreciar. Y de eso se trata, precisamente, de expandir tu nivel de conciencia más allá de lo que vulgarmente se considera «lo normal» que, a efectos de conciencia, es como circular con el piloto automático o dormido para que las sincronías no tengan que «despertarte».

Con esto quiero decir que, en una vida consciente, las sincronías milagrosas no son necesarias ya que toda ella es una GRAN SINCRONÍA, de ahí el concepto de universo holográfico que encabeza esta entrada. Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, todo elemento animado o inanimado en el que posamos nuestra vista o atención (especialmente aquellos con los que interactuamos en forma directa) ¡es una señal o sincronía! Si está ahí y somos capaces de «apreciarlo» es porque tiene un mensaje o contenido para nosotros y, en la medida que el uso que le otorgamos como señal sea más consciente, el «sentido» de nuestra vida (quien soy, de dónde vengo y adónde voy) estará más claro.

Ver la vida en el código holográfico es como escribir en el código HTML (u otro lenguaje de programación); te permite acceder a la configuración de los elementos que pueblan tu existencia para modificar los que ya no funcionan o eliminar aquellos que ya no necesitas.

Para que esto sea posible hay que aceptar que eres tu mismo el que crea tu realidad mediante tu experiencia diaria y que es esta experiencia la que otorga su significado al contenido de nuestro universo particular.


También es importante tener en cuenta que, si no vemos las señales, nuestro universo particular entrará en conflicto con EL UNIVERSO y correremos el riesgo de colisionar o de tener cualquier otro accidente o incidente que nos aparte del camino. ¡Esto sí que es una señal más que evidente de que algo va mal!

En realidad, cuando «todo va bien» significa que vas centrado y con un propósito y, por tanto, no habrá lugar para lo «extraordinario» en tu vida.


¿Acaso no es un milagro poder decir que toda va bien y que no hay incidentes en tu hoja de ruta diaria?


EMPIEZA A OBSERVAR tu realidad con ojos despiertos:

Las cosas inanimadas (camas, platos, tv, coche, alimentos, etc.) visualízalas como si fueran dibujos animados y RELACIÓNATE con ellas desde esa perspectiva. Presta atención al trato que les das y con qué intención las adquieres y mantienes… ¡recibirás sus mensajes con mayor claridad!
Sobre las cosas animadas (plantas, animales, personas), en cambio, piensa que son algo inerte y que la vida que manifiestan es el resultado de las instrucciones que tú les das. Cualquier elemento negativo que aparezca en tu relación con ellas, soluciónalo partiendo de la IDEA o EXPERIENCIA que alojas o albergas en relación a ese elemento animado…

¡Trata de encontrar en tu persona o experiencia diaria la fuente de luz (energía) que alimenta dicha negatividad y verás como desaparece!

Si perseveras en esta forma de observar, pronto te darás cuenta de que eres el único responsable de todo lo que te sucede, el creador de tu universo personal y, además, con el tiempo, observarás que los conceptos de «la gente» o «todo el mundo» desaparecen de tu experiencia personal pues estarás TAN ATAREADO en dar vida a tu experiencia personal que el resto de vidas, YA NO SERÁN DE TU INCUMBENCIA…






Escribí el libro "Más allá del Cielo y del Infierno" con la intención de clarificar los significados de aquellos conceptos e ideas que son claves en el desarrollo de la conciencia humana, y simplificar la tarea de dotar de un significado coherente a los elementos, animados e inanimados que pueblan el mapa conceptual de la humanidad.