Otoño y rebeldía...



El otoño es la época donde se reactiva, en las personas ancladas en el tiempo de juventud, el miedo a «hacerse mayor» ya que estas personas no se renuevan ni se enriquecen con sus experiencias por lo que, con el paso de los años, se deterioran y envejecen, SE DESINTEGRAN.





La juventud es un tiempo de transición entre la infancia y la madurez pues durante la juventud lo que hacemos es actualizar el pasado... Las personas ancladas en el tiempo de juventud se saturan con facilidad y se sobrecargan de iones positivos lo que las vuelve pesadas y neuróticas, nerviosas y rallantes. Sexualmente calientes (activos clítoris-pene) pero no de corazón-sentimientos, y en los chicos predomina la tendencia al sexo compulsivo con adicción a los rollos. Además, suelen tener mucha tensión y sobrecarga en las piernas y en la espalda y problemas de comunicación en el área social-laboral, por falta de fluidez y espontaneidad. Sólo están cómodas con sus conocidos o en ambientes familiares.

Estas personas suelen ser sensibles, receptivas y bastante despiertas mientras crecen (tiempo de la infancia), pero cuando empiezan a desarrollarse genéricamente (polaridad chico, chica), se bloquean ya que no se produce la transferencia de cargas necesaria para asumir la propia condición sexual. (Para que se produzca esta transferencia hay que tener una buena comunicación con el padre). Entonces su cuerpo madura pero la personalidad se queda infantil. Suelen ser personas «sobrecargadas» que temen estar solas y paradas. Adictas al bullicio, a la actividad a la conversación. A funcionar a todas horas. A estar siempre ON. Tratando de compensar lo que sienten que no tienen. LA ATENCIÓN DE UN PADRE.

Su lema sería «yo soy rebelde» y valoran la COMPRESIÓN por encima de todas las cosas, como síntoma de la escucha y de la falta de atención que padecen; suelen repetir a menudo ¿me entiendes? 

Para hacerse mayor con dignidad hay que saber que lo que cuenta no son los años, sino los espacios recorridos y como los hayas estructurado y ordenado en tu interior. Lo que cuenta es la memoria de lo vivido. En la práctica cotidiana, hay que revisar nuestro sistema nervioso/ niveles de energía y sentir si «volver a la carga» nos llena de alegría o de tensión. En este tiempo de transición otoñal, es recomendable cargar baterías para el tiempo de mayor oscuridad que se avecina y fijar el aporte de minerales necesarios para que en los días fríos no nos quedemos sin combustible. En fin, como en cada cambio de estación, una toma de conciencia para unir nuestro sentir al latido de la Naturaleza hará que el tránsito hacia el invierno sea apenas perceptible.