El pastor de Andorra.
Hace un tiempo vi un documental sobre un pastor de ovejas, que se hizo popular como cantante de jotas en los años de la posguerra española, y quedé maravillada de la sencillez y fluidez con la que la vida le fue marcando su camino.
Al margen de la potencia de su voz que llegó a estremecerme y del interés por los tiempos y espacios que recorrió, lo que más me impactó es que parecía que nada de esto le había influido: ¡comenzó siendo un pastor de ovejas y, mientras cantaba para el mundo, siguió siendo un pastor de ovejas! Escucharle contar su historia me cautivó y, al poco, las imágenes empezaron a desfilar por mi mente…
¡Siempre había anhelado esa sencillez y el poder caminar sin miedo a perder mi humanidad!
Recordé cuando mi vida íntima era un fracaso y buscaba soluciones en el exterior, y pensaba, una y otra vez, que algo estaba mal, que el sexo debería de ser algo sencillo y el orgasmo fácil. Pensaba que los cuerpos de un hombre y de una mujer están hechos para acoplarse y funcionar sin «pensar» y me enfadaba cada vez que leía o escuchaba recomendaciones de doctores o entendidos en la materia que lo único que hacían era «marear la perdiz»… Con el tiempo descubrí que yo tenía razón, que el sexo y el orgasmo es algo relativamente sencillo y natural, casi automático, SIEMPRE que estés en el momento adecuado y con la persona adecuada y hayas logrado expulsar fuera de ti, llegado ese momento mágico, al resto del mundo.
Pues con el tema del éxito profesional siempre he pensado y sentido lo mismo y al ver la trayectoria del este pastor de Andorra, un cálido sentimiento de familiaridad brotó de mi corazón y me hizo sentir paz y tranquilidad. Siempre he pensado que seguir tu propio camino en la vida (tu destino) tendría que ser algo fácil (igual que llegar al orgasmo con la penetración) y natural; por eso, en todos estos años en los que la vida y las circunstancias parecían que iban en contra de lo que la «mayoría» considera éxito profesional (dinero abundante, popularidad o gran número de clientes, etc.), o por lo menos, ESTABILIDAD y holgura económica, ya que nosotros no pedimos tanto, me afanaba en buscar una explicación «natural» para las dificultades que aparecían, cada dos por tres, y llenaban de inquietud y desasosiego a mi «pobre» corazón…
Y cuando ví la trayectoria tan recta y libre de obstáculos, de este cantante de jotas y pastor de ovejas pensé ¡qué destino tan claro! ¡Cuánta falta haría su voz expandiéndose por el mundo! No sentí envidia, solo observé y admiré el hecho, lo que podría haberme llevado a pensar que, si hasta ahora, mi voz no ha circulado en la misma forma, significa que no es necesaria…
¡Pero no caigo en la trampa de la comparación y voy MÁS ALLÁ! Y al igual que en lo personal, la experiencia de recuperar mis orgasmos, sin la ayuda de todos estos "profesionales", daría sentido a la necesidad de otras mujeres y aportaría un nuevo camino o vía, dentro de la relación hombre-mujer, lejos de la «ortodoxia» que impera en libros y consultas…
En el tema profesional, sé que todos los tropiezos, desengaños, tiempos de espera, circunstancias, etc. han significado lo mismo: Durante todo este tiempo, no hemos estado recorriendo un camino sino que: ¡hemos estado fabricando uno nuevo!
La impresión que tengo con este señor de Andorra, es que le pusieron una alfombra roja, nada más oírle cantar, y le marcaron con claridad el camino a seguir; después, él marcó las pausas y los tiempos desde su conexión con la tierra, como el pastor de ovejas que nunca dejó de ser.
Cuando yo inicié mi trayectoria profesional «creía» que la alfombra roja estaría ahí y que bastaría con caminar un poco todos los días. Quizá en los años 40 y siendo un pastor de ovejas, con una voz excepcional para cantar jotas, la cosa funcionaba así. Pero en todos estos años, la vida ha cambiado mucho (recomiendo ver el documental, vale la pena) y la alfombra roja, ahora es de color amarillo y más bien invisible o muy sutil y el camino ya no lo marcan las fuerzas establecidas o el pasado (era como seguir un camino que venía proyectado desde atrás).
La evolución en la tierra ha dado un salto cuántico y ahora para tener un DESTINO hay que posicionarse de cara al futuro y ser capaz de ver las señales que vienen «por delante» y no por detrás; es más, echar la vista atrás tiene multa.
Pero todavía co-existen en la Tierra personas que caminan por la alfombra roja y dan la sensación de que tienen la vida resuelta cuando, en verdad, están viviendo una vida que no les pertenece. Por eso admiré al pastor de ovejas, porque me dio la impresión de que él siempre supo que su vida eran las ovejas y no la «fama». De hecho, cuando miraba su imagen en TV tenía la impresión de que hablaba sólo para mí y que me guiñaba un ojo al despedirse.
También sé que mi destino está en marcha y que, en todos estos años, mi labor ha consistido en descifrar el código de señales que permite transitar por la vía del futuro. Algo así como seguir el camino de baldosas amarillas.
También sé que todas las dificultades quedaron atrás y que son comparables con las dificultades de todos aquellos pioneros que han abierto una nueva vía de comunicación para la conciencia humana..
Tengo la sensación de que las generaciones que vengan después tendrán más fácil la consecución de sus fines y muchas de ellas sabrán , nada más nacer, que hay una alfombra amarilla, un camino a seguir pero, que a diferencia del de sus padres y antepasados ¡NO ESTÁ ESCRITO!
En un mundo de luz las posibilidades son infinitas….
