Verano. El mito de Perséfone

Verano… ¿tiempo de avanzar o tiempo de recuperar?


¿Os he hablado ya del mito de Perséfone?


En él se narra el tránsito divino de la conciencia-luz por el reino de Hades. En los seis meses que van del verano al otoño, la madre tierra (Démeter), pierde a su hija Perséfone para después recuperarla durante los meses de invierno-primavera, en los que la luz vuelve a instalarse. Hablo de tránsito divino porque es nuestra conciencia cósmica la que nace cada Navidad para experimentar un nuevo crecimiento o regeneración. Y es ésta misma conciencia cósmica la que ahora se retira para dar paso a la cosecha, a la consecución material de los logros obtenidos.

«Solsticio de Verano, esa noche mágica en la que el ritmo energético se invierte y el crecimiento de la luz, dará paso al desarrollo e integración de la materia.»

Nuestra voz interior enmudecerá durante los meses de verano y otoño y los pasos que hemos de dar serán pasos de integración, de goce y materialización. Para entender este proceso, visualiza un año como si fuera un día:

  1. El nacimiento del día a las 00:00h (medianoche) se corresponde con el nacimiento del año en el Solsticio de Invierno. Permanecemos dormidos y descansando en este periodo de regeneración invernal y nocturna, tiempo anual y diario en el que nuestros órganos se regeneran mientras nuestras funciones externas se paralizan.
  2. Hacia las 6 de la mañana llega la primavera, el amanecer de un nuevo día, nuestras funciones todavía son lentas, nuestro despertar, con suerte, aun puede esperar unas horas más. Con la llegada del equinoccio de primavera en Marzo, la naturaleza despierta un poco más cada día que pasa.
  3. En los meses de abril y mayo, el ritmo de actualización-revitalización de nuestros sentidos, se intensifica hasta llegar a su máximo exponente en el punto que ahora nos encontramos, justo en el Solsticio de Verano que se correspondería a las 12:00 horas del biorritmo diario (mediodía).
  4. A partir de ese momento, el flujo energético se invierte, es el comienzo de la tarde. La luz inicia su retirada del mundo de la materia y lo que para unos representa un panorama maravilloso de realización e integración, para otros es un tiempo vivido con un desaliento que puede llegar a ser infernal. Este proceso es análogo al curso escolar, si apruebas, el verano-otoño se vive como un periodo de disfrute y de un nuevo comienzo con nuevas y sugerentes asignaturas. Pero si no has aprovechado el curso, la sensación de agobio y fracaso y de repetir curso se instala. (De ahí la tendencia al escape y evasión de la cotidianidad que se observa en este periodo estival)

«El verano y su estación de tránsito, el otoño, son tiempos biológicos por excelencia. Durante estos meses nuestros órganos van a funcionar al máximo, siguiendo al pie de la letra la programación recibida en los meses de invierno y primavera.»

Si durante estos meses hemos descansado y actualizado nuestro sistema, el tiempo estival-otoñal será un tiempo de desarrollo e integración física y mental. Las primeras semanas de calor antes de que el verano se instale es conveniente hacer la última reflexión y revisar cómo va el desarrollo de las metas e ideales que nuestra conciencia, recién nacida, nos propone año tras año en las fechas de año nuevo.

  • Este nuevo impulso, que nació en navidad, se retira y con él la voz de nuestra conciencia se sumerge en una deliciosa inconsciencia, en un retiro bien ganado.

El alma se va de vacaciones y deja a nuestro yo biológico al mando del fuerte. No hay nada que temer. Es un ciclo natural en el que nuestro YO DIVINO enmudece y deja los mandos a nuestro YO-HUMANO para que disfrute de todo lo pensado, de todo lo intuido, de todo lo escrito o concienciado.

Y algo importante: todo lo «vivenciado» durante estos meses seguirá teniendo vigencia hasta que llegue el nuevo año, así que para los que no habéis tenido tiempo o energía para poneros al corriente, aprovechar esta segunda parte del año para recuperar..........


"Evadirse es fácil; lo difícil es vivir en libertad..."




A continuación copio un texto inspirador sobre el Solsticio de Verano...


Solsticios: En las dos posiciones de solsticio, (invierno y verano) la declinación del sol se mantiene durante varios días casi sin moverse; de ahí el nombre de "solsticio", que significa en latín "Sol quieto".

Solsticio de verano:

El solsticio de verano (22 de junio) es el día más largo del año (en el hemisferio norte). Al mediodía el sol alcanza el punto más alto del cielo durante el año. En los solsticios el sol cae verticalmente sobre el trópico de Cáncer.

El 22 de junio se celebra en el hemisferio norte, el día más largo del año. Definitivamente no es un día como los demás, la naturaleza se dispone a celebrar una fiesta, cargada de gran poder y magia. Distintas deidades de la naturaleza se manifiestan en los campos; los agricultores dan gracias por las cosechas. También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres; además se debe comenzar a almacenar alimentos para pasar el otoño y el invierno. La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad. En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días era cada vez más cortos. Por esta razón, fogatas y ritos de fuego de toda clase se iniciaban en la víspera del pleno verano, ó 20 de junio, para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.

Se ha asociado esta festividad al solsticio de verano, pero esto tan solo es cierto para la mitad del mundo o, mejor dicho, para los habitantes que viven por encima del ecuador (en el hemisferio norte) ya que para los del sur el solsticio es el de invierno y ni tan siquiera para todos ellos pues la fiesta de San Juan es patrimonio del mundo cristiano. Aunque no crean que en los países orientales, con ritos y creencias distintas, no se celebran estas fiestas conservando en todas ellas la misma esencia: rendir un homenaje al Sol, que en ese día tiene un especial protagonismo: en el hemisferio norte es el día más largo y, por consiguiente, el poder de las tinieblas tiene su reinado más corto y en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario. En cualquier caso al Sol se le ayuda para que no decrezca y mantenga todo su vigor.

  • En los antiguos mitos griegos a los solsticios se les llamaba “puertas” y, en parte, no les faltaba razón. La “puerta de los hombres”, según estas creencias helénicas, correspondía al solsticio de verano (del 21 al 22 de junio) a diferencia de “la puerta de los dioses” del solsticio de invierno (del 21 al 22 de diciembre).
Creencias y leyendas:  En algunas leyendas piadosas, hasta los santos aprovechan la víspera de este día para trasladarse milagrosamente a otra parte. En nuestro mundo terrenal, encontramos muchos casos de desapariciones bastante enigmáticas, esa noche se abran las puertas ínter dimensiónales, así como los encantamientos. Esta es una fecha en la que numerosas leyendas fantásticas son unánimes al decir que es un período en el que se abren de par en par las invisibles puertas del “otro lado del espejo”: se permite el acceso a grutas, castillos y palacios encantados; se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición; braman los cuélebres (dragones) y vuelan los “caballucos del diablo”; salen a dar un vespertino paseo a la luz de la Luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables moradas; afloran enjambres de raros espíritus duendiles amparados en la oscuridad de la noche y en los matorrales; las gallinas y los polluelos de oro, haciendo ostentación de su áureo plumaje, tientan a algún que otro incauto codicioso a que les echen el guante; las mozas enamoradas sueñan y adivinan quién será el galán que las despose; las plantas venenosas pierden su dañina propiedad y, en cambio, las salutíferas centuplican sus virtudes (buen día para recolectar plantas medicinales en el campo); los tesoros se remueven en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo para que algún pobre mortal deje de ser, al menos, pobre; el rocío cura ciento y una enfermedades y además hace más hermoso y joven a quien se embadurne todo el cuerpo; los helechos florecen al dar las doce campanadas...

Esta noche se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. La noche anterior dos han sido los eventos más importantes: el baile del fuego y las pruebas...La noche y el amanecer, están dedicado a San Juan en un esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, en la que todas las sociedades tradicionales de Europa ponen en marcha numerosos rituales de antiguo origen y profunda funcionalidad cultural. La fiesta no es específica de localidades concretas, sino que se extiende por toda Europa con diversas variantes. La Noche de San Juan, la de las tradiciones mágicas, se caracteriza por la multitud de hogueras que iluminan la noche. Los ciudadanos arrojan a la hoguera antes de su encendido pequeños objetos, conjuros, deseos e incluso apuntes del curso con el objetivo de hacer desaparecer los malos espíritus.