Yo confieso...


Importancia de la vida sexual a la hora de superar los errores…

«Yo confieso-asumo, ante vosotros hermanos, que he errado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión.»

Antes de alcanzar la libertad exterior hay que alcanzar la libertad interior y ésta no se consigue hasta que no recuperamos la carga negativa (de errores o pecados,) heredada de nuestra familia. Esta carga consiste en todo lo que nuestros padres y los padres de nuestros padres, pensaron y no dijeron, sintieron y no hicieron y todo aquello que ocultaron u omitieron.

Imagina que todas las personas al nacer «sufren» una partición en su disco duro o memoria personal; en una parte vas almacenando todo lo que crees ser, aquellas palabras, sentimientos y acciones de las que te sientes orgulloso y en las que SÍ te reconoces… (Los pensamientos no se almacenan a no ser que se fijen hablando o materializándolos).

En la otra parte (la que no se muestra porque no somos conscientes de ella y que poéticamente es considerada como el lado oscuro de la luna), primero quedan archivados todos aquellos pensamientos-palabras, obras u omisiones que nunca se llegaron a materializar en la vida de nuestros padres y después se van acumulando nuestros propios errores, aquellos que cometemos en cuanto tenemos «uso de razón».

En la práctica, es como tener un hermano gemelo sordo, mudo y ciego que nos acompaña a todas partes y que se enfrenta al mundo con su capacidad funcional gravemente mermada. Este grado de discapacidad varía en función de la calidad de las relaciones intimas que tus padres mantuvieran, ya que desde ese rol de intimidad pueden compensarse o agravarse aun más las deficiencias ocasionadas en la convivencia diaria. 

Y es esta sombra familiar la responsable del fracaso de muchas de las parejas que podrían haberlo tenido todo y, sin embargo, fracasaron sin saber el porqué.... 

Es en el plano sexual donde las personas-parejas manifiestan su auténtico nivel de conciencia ya que en el resto de planos (paternidad, familia, profesión, etc.), los prejuicios, las conveniencias, temores, miedos, etc, pueden encubrir los sentimientos e intenciones que mantienen con vida la relación. 

En la medida que el sexo sea de peor calidad, la convivencia se irá deteriorando hasta llegar a reflejar, en el exterior, el verdadero estado del amor conyugal o de pareja. ( Si se finge y reprimen u ocultan los sentimientos, lo que se deteriora en el lugar de la relación es la salud).



"Por la ignorancia nos equivocamos, y por las equivocaciones aprendemos". 
Proverbio romano.