Imagina que tu percepción del tiempo, (o fluir de la vida), está registrada en tu conciencia corporal en una especie de cuentakilómetros vital; en la medida que tu percepción del tiempo es más rápida más kilómetros acumulas en tu haber y si tu percepción se ve frenada o bloqueada, como por ejemplo te enfadas o no entiendes algo, tu contador separa y el tiempo/la vida se detiene…
Imagina que en función de lo acelerado o frenado que vayas por la vida, vas a envejecer/sentirte con el paso de los años.
Imagina que si no has desconectado tu sentido del tiempo, del sentido del tiempo de tu madre, (al nacer es su contador el que nos conecta a la vida), tu paso por la vida está sincronizado a «su paso» por la vida.
Ahora, sigue imaginando…
Imagina que el sentir temporal de tu madre y tu padre, el fluir de su experiencia vital, tendría que haber sido un mismo sentir y caminar ambos en forma sincrónica y que si esto no sucedió, tu reloj biológico personal (tu contador del tiempo), nunca se activó y tu caminar sigue regido por el reloj biológico de tu madre…
La figura materna nos conecta con el reloj biológico de los ritmos internos.
La figura paterna nos conecta con el reloj biológico de los ritmos externos.
De no tomar conciencia de esta situación y ponerle remedio, en verdad, vivirás y morirás, sin haber nacido y, además, vivirás al ritmo de una persona «mayor» que nació, 20, 30, 40 años antes que tú… (Tu madre), y conforme cumplas años, los sentimientos que albergas respecto a la vida, las sensaciones orgánicas que experimentas y somatizas no se corresponden con las de tu reloj biológico, sino, con las del reloj biológico de tu madre.
Este vínculo persiste aun después de que la madre muera, ya que, los vínculos emocionales son regulados por el sistema límbico y este responde a los programas biológicos configurados por los biorritmos o ciclos estacionales… Ritmos que se renuevan y ejecutan en cada cumpleaños sin que tú lo sepas…
Solo la superación del concepto de «cumpleaños» y la eliminación de los vínculos emocionales generados durante la infancia puede acabar con «el paso del tiempo» y mantener tu conciencia en un eterno AHORA.
De esta forma es sencillo revertir los efectos negativos del hacerse mayor y con el uso de algunos conocimientos básicos regenerar los daños que la gravedad y el desgaste diario ocasionan a nuestros órganos, huesos, músculos, etc…