Amor significa no tener que decir nunca "lo siento"


Recomendado para todos aquellos que no salieron de un huevo...

La mayoría de la gente suele preguntarse, el porqué de las cosas «malas» que le suceden al conjunto de la humanidad y, en particular, las que les suceden a ellos o llenan las páginas de sucesos o portadas de los telediarios llamando «poderosamente» su atención…
Un «suceso» es algo que acontece en la vida de una persona, pueblo o ciudad y que deja tras de sí una profunda huella de angustia y de dolor, al no encontrar, las personas implicadas directamente en el mismo, el sentido de tal hecho en sus vidas. Podría decirse que «no lo vieron venir» y que «no escucharon» las señales de aviso, que toda persona centrada escucha cuando se «desvía» de su camino. 

Las crónicas de sucesos del mundo entero están habitadas por el fantasma de la incoherencia que es quien posee las almas, de todas aquellas personas que no actuaron en base a sus prioridades más inmediatas, pagando un alto precio por ello. Estas almas forman un conglomerado de «materia oscura», en relación al plano evolutivo humano, que se alimenta de todos aquellos «incautos» que desdeñan el valor de su propia experiencia o, lo que es peor, la experiencia de los que les rodean (que por algo la vida los puso a su lado).

Saber establecer prioridades conscientemente es lo que distingue al sabio del necio, ya que «la vida» establece automáticamente las prioridades de cada individuo, pueblo o ciudad, en base al camino recorrido y, por tanto, al camino que le falta por recorrer para «completarse». Los sucesos, cualquier suceso, grande o pequeño, acontecen por el no-reconocimiento de las señales que, a nada que estemos despiertos, nos avisan de que algo va mal en nuestro continuo espacio-tiempo (en nuestra vida). 

«Una persona se convierte en sabia cuando actúa en base a su propia experiencia (lo que ella sabe) o si, ante la duda o cualquier señal de índole negativa, es capaz de detenerse y reflexionar, cuestionándose de nuevo el propósito o conveniencia de la acción prevista para su ejecución»

Antes de «meter la pata» y poner en riesgo nuestra salud (tiempo o vida), y más si el riesgo va a ser [i]alto, la vida pone en marcha un sistema de alarma (señales) que, a menos que seas ciego-sordo, cosa habitual en las personas «necias» o jóvenes, es más que suficiente para abortar los planes no afines con la propia evolución o camino personal.

Hoy día, la vida está, más que nunca, llena de «tentaciones» que ofrecen experiencias multisensoriales a bajo coste (económico); por lo que las páginas de sucesos aumentan cada día y los niveles de fianza emocional exigidos (los costes emocionales de tus seres más queridos) son cada vez más altos…

¡cuando los jóvenes se divierten «locamente» siempre es a costa de alguien que les quiere! 


El primer nivel de alerta, lo primero que debería de llamarnos la atención, es la no-fluidez de «nuestro plan», la necesidad de invertir más tiempo o gestiones de las previstas en un principio, ya que los contratiempos, por pequeños que sean, son indicativos de que algo no marcha. Aunque, a sabiendas de que no salimos de un huevo, la primera señal de alerta a tener en cuenta, debería de ser la cara o reacción de nuestros allegados, madre, padre, o pareja al comunicarles nuestros planes.

¿Porqué una persona se «empeña» en salirse con «la suya» ignorando las señales más que evidentes de que «la cosa» no fluye?

  • Porque está «empeñada» en demostrarse algo a ella misma (a su pasado) o a otros y este empeño la obliga a seguir un guión que no es el suyo. 

Antes de meter la pata: ¡Date una vuelta por el «antes, el durante y el después»… Usa tu lóbulo frontal!... y no tendrás que decir nunca más "lo siento" o "que difícil es"

Darse un viaje por el «antes» significa ser capaz de fijar la intención con la que se ejecuta una acción y saber si es coherente con nuestras prioridades. Cuando el nivel de sabiduría es alto, las personas no necesitan «meter la pata» y SABEN ejecutar desde el «antes» todas aquellas acciones que son coherentes con su experiencia de vida. En este nivel, están atentas AL IMPACTO que sus decisiones causan, o pueden llegar a causar, en el grupo familiar en el que están insertas. Y son capaces de visualizar la secuencia completa, «antes, durante y después» sin necesidad de materializarla y valorar de antemano los resultados. 

Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que todos aquellos sucesos negativos que nos ocurren (grandes y pequeños), podrían haberse evitado si se respetasen las señales de alarma que nos ofrecen las figuras de referencia familiares y las respetásemos como lo que son: un sistema de apoyo y un seguro de vida.

Es triste observar cómo los padres se inhiben de esta responsabilidad y cómo los hijos se «saltan a la torera» las normas del respeto a sus «mayores». Y es más triste todavía observar cómo las parejas destrozan el sentido de la palabra compromiso, prostituyendo el concepto de «pareja» al compartir vivencias personales con todo tipo de gentes, ajenas a su identidad personal, fraguada en relación a su experiencia vital.

Las relaciones familiares son sagradas y vivirlas desde el inconsciente es lo que las ha convertido en un lastre para el sistema socio-económico actual. El respeto mientras crecemos a las figuras de referencia: madre, padre, hermanos y más tarde, al individualizarnos, a la pareja, es la clave para una vida plena de satisfacción y, además, libre de meteduras de pata…

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[i] El nivel de riesgo aumenta exponencialmente en relación al nº de kilómetros que te alejas, al nº de personas con las que compartes y al tipo de espacio en el que se vaya a ejecutar la acción… (el tiempo no cuenta, un minuto puede ser suficiente para morir)… Por ejemplo: si es un viaje al mar para bucear, hay que pensar en los sucesos negativos previos experimentados por el conjunto de la humanidad. El «seguro» que tienes que activar es mayor cuanto mayor es el riesgo en el que está considerado dicho espacio-acción. Hay que tener en cuenta que no hablo de seguro económico sino de la «fianza emocional» que la vida exige cuando pones en riesgo tu vida, SIN NECESIDAD y que corre a cuenta de tus seres queridos.