A propósito de los biorritmos he seleccionado un par de párrafos de uno de los libros que más gozo me ha proporcionado al leerlo. Es una lástima que esté descatalogado. Es el corazón el que nos conecta con la vida apenas somos engendrados y es el corazón el que sigue conectándonos con la VIDA al reflejar con sus latidos la voz de nuestra conciencia...
Gail Godwin, El corazón. Itinerario por sus Mitos y Significados
«Dice Robert que los italianos tienen una notación musical que no existe en ningún otro idioma: tempo giusto «el tiempo justo». Denota un compás uniforme de entre 66 y 76 en el metrónomo. Pues bien, este tempo giusto es el ritmo apropiado del corazón humano. Marie y yo decidimos confirmar la validez de la premisa con el metrónomo nuevo de Robert, de cuarzo y del tamaño de una mano. Marie me toma el pulso: 72; bastante rápido. Corresponde con la parte más alta del tempo giusto, casi en la zona del andante. Cuando le toca a ella, no logro encontrarle el pulso y coloca mis dedos en un punto palpitante del cuello. Lo coordinamos con el reloj y con la lucecita parpadeante del metrónomo de Robert. Cada mañana se hace ocho kilómetros andando, después se va al gimnasio a nadar, vuelve a casa y se pone a levantar piedras del jardín hasta que llega la hora de venir a la nuestra y trabajar como ayudante mí. Por eso su pulso está en la parte más baja del tempo giusto, incluso por debajo del adagio: Marie es un larghetto a 64…»
Los ritmos que cuentan
(este párrafo está en el prologo del libro que recomiendo)
«Los ritmos que cuentan son los que danzan y fluyen en la vida misma: el movimiento durante la gestación, desde la concepción hasta el nacimiento, la diástole y sístole del corazón, la toma de cada bocanada de aire, la crecida y el retroceso de las mareas como respuesta a la atracción de la Luna y el Sol, la sucesión de las estaciones desde un equinoccio o un solsticio hasta el siguiente….
Estos ritmos, y no el eterno goteo de segundos registrado en los relojes, ni el calendario con su imposición de días, meses y años, son los que definen ese tiempo que es nuestra verdadera casa y morada, el tiempo en que habitamos hasta el fin de nuestros días. Si no somos conscientes de ellos, nos volvemos extraños a nosotros mismos. No se me ocurre mejor lugar para superar semejante alineación que un jardín.»
Reseña del libro en Internet.
Una de las figuras literarias más destacadas del momento ha dedicado su atención, capacidad de profundización y pasión a estudiar el símbolo más duradero, importante, evocador y provocativo de la humanidad: el corazón. Gail Godwin recorre un asombroso viaje por el corazón, un viaje que abarca toda la historia de la civilización humana: Para explorar a fondo la complejidad de este símbolo único, ha combinado literatura, mitología, religión. filosofía, medicina y bellas artes con anécdotas personales llenas de intensidad, extraídas de su propia biografía. Con reflexiones inteligentes e ingeniosas, Godwin rastrea la presencia del corazón en la vida, en las leyendas y en el arte, desde el origen de la festividad de san Valentín hasta el primer estetoscopio, pasando por Gilgavnesh, Confucio, el corazón de las tinieblas o el impulso de «hablar con el corazón en la mano». ¿De dónde venimos? ¿Qué es lo que nos ha mantenido en pie a lo largo de tantos milenios? El corazón nos ofrece una visión nueva y profunda de estos interrogantes.