El influjo magnético de la luna


¿Te consideras un romántico o romántica?




Biorritmo lunar o semanal….

Llevo tiempo tomando conciencia de cómo el biorritmo lunar afecta al desarrollo de nuestra vida cotidiana. Tradicionalmente, y sobre todo en el mundo agrícola y rural, los aspectos de la luna eran utilizados con el fin de obtener mejores resultados a la hora de la siembra y recolección posterior. En el plano de la salud también se desarrollaron corrientes de pensamiento que, aun hoy, defienden la importancia de que, según la luna esté en una fase u otra a la hora de recibir un tratamiento, «opera» a favor o en contra.

Dejando al margen estas cuestiones, que son sencillas de comprobar empíricamente a nada que uno se lo proponga, el enfoque que hoy quiero esclarecer es la influencia que ejerce la luna en el plano más sutil de las personas: plano mental o plano de las ideas. Este efecto es una consecuencia de la claridad que «ilumina» las noches de la tierra y que según la fase en la que la luna se encuentra hace que sean más claras o más oscuras…

Por ejemplo: este próximo domingo  será luna nueva y esa noche será la más oscura de este mes y podríamos preguntarnos ¿qué consecuencias tendrá esa completa oscuridad nocturna en nuestra mente? Hay quien argumenta que debido a la iluminación artificial que en algunas ciudades existe por las noches, este efecto ha desaparecido o está minimizado, pero de lo que estas luces nocturnas nos privan, sobre todo, es de la belleza de las estrellas y del descanso nocturno de nuestras células: pero del efecto «globalizador» del influjo electromagnético que la luz lunar ejerce sobre nuestra conciencia de humanidad, no es posible liberarse aunque dejáramos toda la noche encendida la luz de nuestra habitación…

Los pueblos de la antigüedad que adoraban a la diosa luna se distinguían básicamente, de los pueblos que adoraban al sol, en dos cosas: solían ser pueblos más antiguos y desarrollaban una visión de la naturaleza de las cosas yin o femenina… Esta visión o enfoque femenino se ocupaba (y ocupa) de los aspectos más «oscuros» de la naturaleza humana que son aquellos que no pueden apreciarse a simple vista, pues se gestan y regulan desde el interior de nuestra conciencia corporal.
    • Los aspectos lunares de la vida se han ido plasmando (generación tras generación), en el desarrollo de la conciencia familiar o de tribu y en la expresión de las artes y oficios como valores intrínsecos ligados al bienestar personal y social.
Pese a que el dios sol o conciencia solar-yang hace tiempo que lidera los aspectos más mundanos de la evolución humana (religiones monoteístas, avances científicos y tecnológicos, etc.), la diosa luna no se ha quedado atrás, más bien se hizo mayor y ocupó su lugar en el matrimonio que ambos aspectos evolutivos ejecutan dentro del desarrollo de la conciencia humana y podríamos decir que es AHORA cuando el ser humano está preparado para «adorar» y respetar a ambos progenitores por igual.
    • El Hieros Gamos o matrimonio sagrado es el que aúna los dos aspectos de la conciencia humana y se refleja en la integración interhemisférica.
La influencia de la luna está directamente relacionada con la emisión y recepción de las ideas. Su labor, en este aspecto de nuestra conciencia (plano de la mente), consiste en regular el campo electromagnético en el que las ideas «circulan», por lo que la expresión «flotando en un mar de ideas» es literalmente cierta. Pues bien, ese mar tiene unas mareas que son reguladas de igual forma que las mareas de los océanos y mares terrestres y, según la fase de la luna en la que estemos, nuestros pensamientos serán más fáciles o difíciles de «alcanzar».

Cuando la luna está llena y su nivel de luminosidad nocturna es el máximo, la marea emocional está baja y es cuando más fácil resulta circular por el plano de las ideas. Imagínatelo como una gran biblioteca a la que todas nuestras mentes tiene acceso (lo sepan o no), de forma automática y que los días de luna llena son días de puertas abiertas. Aquí tengo que aclarar que el acceso al plano de la mente, independientemente de la fase lunar en la que estemos, ya es un «acceso» de por sí algo complejo y que las fases de la luna sólo regulan el aspecto cuantitativo y no el cualitativo.

«El acceso a ideas de calidad que son aquellas que se instalan y ejecutan en forma clara, directa y sencilla y, por tanto, en forma económica, se regula en forma individual y la luna no puede interferir en este proceso.»

Cuando la luna va menguando, el horario de apertura se va reduciendo hasta que llegados a la luna nueva, la biblioteca de ideas aprovecha para cerrar sus puertas y renovar su catálogo. En esos días de oscuridad lunar, las personas que no gozan de luz propia (ideas propias-conciencia solar-individuación), llegan a sentir, en unos niveles muy altos, los vaivenes del influjo emocional producidos por la conciencia de masas.

No son las noches de luna llena las que temen las personas inconscientes, al contrario, de ahí las leyendas sobre la existencia de hombres lobo ligadas a la plenitud lunar (el hombre lobo es la persona emocional que en esa fase de la luna se siente eufórico pues comparte su visión con el resto de la humanidad). El «lunático» se siente más fuerte que nunca en esos días-noches del mes por lo que le será más fácil dar rienda suelta a sus «apetitos o instintos»…

Sin embargo, son los días de plena oscuridad o luna nueva los que dieron nacimiento a las leyendas de los vampiros (no-muertos), pues en esos días de oscuridad lunar es cuando las almas-memorias de las personas que no descansan en paz, pueden atravesar con facilidad el velo electromagnético que separa el plano de la vida material (3ª dimensión), del plano de los muertos (4ª dimensión) e influir con su presencia astral en las emociones de los «incautos» que se deciden a salir por la noche.

Biorritmos humanos 


Volviendo a los aspectos cotidianos y al biorritmo semanal, todavía recuerdo los sábados de mi infancia cuanto «tocaba» la ducha semanal y el «cambio de muda».



Eran los sábados cuando mi padre venía de cobrar su jornal y desfilábamos, uno detrás de otro, para cobrar nuestra pequeña paga y también cuando mi madre limpiaba la nevera y organizaba la colada semanal de la ropa de cama y las mudas de su familia. No sé donde ni como adquirió ese hábito pero la energía de los sábados en el tiempo de mi infancia era «brutal» en lo que a limpieza y renovación se refiere.Era como si todo tuviera que quedar ordenado y limpio para empezar el domingo (día del sol) como «dios» manda.

Es curioso, pero la lavadora y la prosperidad económica han contribuido a que «las mudas» puedan ser renovadas casi a diario y el biorritmo de limpieza sabatina ha quedado reducido al «finde» en el que la mayoría de personas (sobre todo los jóvenes), esperan su noche loca. Las personas no tan jóvenes o que tienen cargas familiares, utilizan el fin de semana para aligerar esa carga y evadirse todo lo que pueden de la rutina familiar que de lunes a viernes se ejecuta casi al milímetro; Normalmente, no les queda ganas ni tiempo para observar la distintas rutinas que el sábado y el domingo necesitan para ejecutarse con normalidad.

Estas rutinas básicas del sábado y del domingo garantizan que la semana que acaba y la semana que comienza se integren en el plano de la conciencia temporal/espacial como un TODO cohesionado y facilitan que el sentido de la vida personal CONECTE con el sentido de la vida grupal o universal..

En general, todo tipo de eventos grupales son una oportunidad de «limpiar-actualizar» nuestra imagen pero hay que distinguir aquellos eventos de corte social-yang (intereses profesionales-nos pagan-recibimos) de aquellos otros eventos de interés personal (en los que pagamos o damos)…

Ejemplo: el ritual de ir a «misa» los domingos se instala como un protocolo de limpieza y renovación de cara a la tribu o núcleo social en el que se desarrolla la vida personal y familiar…