Primavera en un universo holográfico

La vida es un carnaval



«El IMAGINARIO POPULAR refleja el sentir del pueblo y su función es regular el biorritmo emocional…»


REFLEXIÓN: Durante la estación primaveral se celebran distintas fiestas… ¿cuales recordamos y tienen un especial sentido para nosotros? ¿Y para nuestra cultura? ¿Y para la cultura global?... ¿Cuántas de ellas podríamos decir que son universales?.... ¿Cuáles están de moda? Y ¿Cuál de ellas se está quedando atrás?

El biorritmo anual primaveral comienza con el equinoccio de primavera el 21 de marzo y finaliza con la llegada del verano, en el solsticio del 21 de junio (S. Juan)…

En el área de los biorritmos personales, que son aquellos que marcan las grandes transiciones de nuestra vida, LA INFANCIA es el tiempo análogo a la primavera.

En el biorritmo diario: (24 horas. Am-Pm), el periodo primaveral es el que va desde las 6 de la mañana a las 12 del mediodía… En un universo holográfico todos los biorritmos primaverales están sincronizados y cualquier cambio en uno de ellos afectará la configuración de los demás… CON ESTO QUIERO DECIR QUE SE PUEDE RETROCEDER A LA INFANCIA Y RECUPERAR EL «TIEMPO» PERDIDO…; trabajando a conciencia cada uno de estos biorritmos, del más pequeño al más grande… 

En mi libro 'Tu cuerpo sabe'  actualizo el mito de Perséfone (relativo a los Misterios de Eleusis), donde se transmitían, de forma ritual, los efectos energéticos de los biorritmos estacionales en la conciencia de las gentes. Los rituales tienen como misión «afectar» a la conciencia de las personas, de forma «inconsciente» para que los misterios de la vida sigan su curso…

La celebración de la primavera de método cronos tiene la misma intención pero se diferencia de los antiguos rituales en que la transmisión del conocimiento YA NO ES UN MISTERIO, pues la conciencia humana está preparada, tras largos años de evolución, para entender los misterios de la vida…


Vamos a empezar por definir el tiempo de la infancia:

¿Cuándo comienza oficialmente la infancia? Cuando archivamos «oficialmente» nuestro primer recuerdo consciente. Este recuerdo suele ir asociado a la toma de conciencia de que hay UN PAPÁ y UNA MAMÁ y que nosotros somos iguales a uno de ellos. (Papá si somos un chico y tenemos «cosita» como él; y mamá si somos una chica y «no» la tenemos al igual que ella no la tiene). 

Este primer recuerdo sienta las bases de lo que conocemos como PERSONALIDAD y no tiene nada que ver con el CARÁCTER de una persona… 

Si cierras los ojos en este momento y vas hacia atrás hasta tu primer recuerdo personal verás cómo llega hasta tu memoria, con cierta nitidez, una imagen a modo de ventana en la que puedes verte viviendo dicho momento… (no vale una imagen del álbum de fotos familiar ya que el primer recuerdo es interno y está asociado a un momento de especial intensidad con alguna figura familiar o algún suceso de especial relevancia). Pues bien, ese momento quedó archivado en función de tu sexo: o bien porque eras niña o bien porque eras niño, te pasó y se grabó por primera vez esa vivencia en tu memoria personal. Hasta ese momento, todas tus vivencias estaban depositadas, de forma más o menos consciente, en la memoria personal de tu madre y de forma totalmente inconsciente en tu memoria corporal… 

Los primeros años de nuestra vida (0 a 3 años,) forman nuestro biorritmo de invierno, tiempo donde se configura nuestra memoria de inicio o CARÁCTER; la memoria de inicio es ES ASEXUADA aunque puede estar viciada en exceso si en tu familia imperaba el sexismo y te trataron desde muy “chiquit@” en forma diferenciada según el género al que pertenecías. 

Es a partir de este primer recuerdo cuando se ROMPE LA CONCIENCIA DE UNIDAD o conciencia unitaria y comienza la identificación o la negación del sexo al que pertenecemos con el fin de ganar el cariño del «otro» progenitor; Si es que, de repente, SENTIMOS que no nos quiere. En realidad, este sentimiento proviene de la memoria de nuestra madre que un buen día al ver cómo vamos creciendo, toma conciencia de que ya no seremos más su «bebíto» y empezamos a ser ya «personitas» (este primer chispazo personal, suele coincidir más o menos con el abandono del uso de los pañales).


A partir de ese momento:

  • Si eres chica y tu madre odia su condición de mujer, automáticamente, empezarás a distanciarte-distanciarse de nuestro sentir y tratarás de ganarte su amor, en la forma que sea; Si por el contrario, lo que tu madre odia es el mundo masculino o exterior, este será tu SENTIR y empezarás a buscar la conciliación con tu padre, alejándote de tu propia esencia

  • Si eres chico, la madre que odia al hombre-mundo masculino tratará por todos los medios a su alcance de negar tu condición masculina (castración emocional), hasta convertirte en un hombre sumiso y blando que probablemente odiará a su padre o habrá discutido mucho con él a lo largo de su juventud (cuando la castración emocional queda anulada por el cambio hormonal).

    • Si en cambio, la madre del chico odia su condición femenina, el chico crecerá vacío del sentir femenino en su interior y será un hombre brusco y poco sutil que considerará a la mujer como un objeto sexual y poco “útil” pues no sabrá apreciar las sutilezas del mundo de los sentimientos. Este joven cuando crezca y madure será un hombre excesivamente racional que tratará a las mujeres con “indulgencia”…

«Son pues los sentimientos de la madre ante nuestra primera evidencia sexuada, los que activan su rechazo o acercamiento hacia nuestra persona-sexo y los que condicionarán de por vida, si no le ponemos remedio, lo que en forma totalmente ciega e ignorante consideramos nuestra esencia personal...»


A partir de ese momento seremos dos «sentires» viviendo en un mismo cuerpo…

  1. Uno dará vida a nuestra voz interior, la voz genuina de nuestro propio ser o sentir que, por lo general y a partir de ese momento, suele quedar en un segundo plano y en algunos casos extremos, llega a enmudecer hasta desaparecer por completo. 
  2. Y el otro «sentir» se convertirá en la voz cantante o voz personal: el portavoz oficial de todo aquello que creemos ser o sentir; Por desgracia y para la mayoría de personas, este yo creo, yo siento o yo pienso NO ES MÁS QUE EL REFLEJO de lo que creían, sentían o pensaban las personas entre las que fueron educadas. 

La práctica de ejercicios conscientes y personalizados es de vital importancia para recuperar nuestra esencia o carácter de nacimiento que quedó velado ante las impresiones recibidas al calor de nuestro «sexo».

A la par, y con el fin de activar conscientemente nuestra conciencia unitaria o conciencia de humanidad, tenemos que ir siendo INICIADOS en forma consciente en los MISTERIOS DE LA VIDA…

Esta conciencia de unidad o humanidad, nos permite ser y sentir/SABER que antes que personas somos humanos y que no hay nada que temer de esa humanidad…

Pasemos pues a integrar conscientemente, el Biorritmo primaveral...