El Hereje. Miguel Delibes


Un libro basado en el desarrollo y persecución del luteranismo en España.
Elegí esta novela porque la figura de Delibes me ha llamado la atención desde niña y tenía la impresión de que era una persona con valores de otra época, de las que ya no quedan…


Sinopsis: A través de las peripecias vitales y espirituales de Cipriano Salcedo, Delibes traza con mano maestra un vivísimo retrato del Valladolid de la época de Carlos V, de sus gentes, sus costumbres y sus paisajes. [...] El hereje es ante todo una indagación en las relaciones humanas en toda su complejidad; un canto apasionado a la tolerancia y la libertad de conciencia. Es también la historia de unos hombres y mujeres de carne y hueso en lucha consigo mismos y con el mundo que les tocó vivir; una novela inolvidable sobre las pasiones humanas y los resortes que las mueven (Fuente: Lecturalia).



Suelo decir que cuando se escribe se está dibujando la realidad y, en este caso, las imágenes que el autor evoca con total maestría, permiten al lector sentirse partícipe y espectador de la obra a un tiempo. Sin llegar a emocionarme, la historia de Cipriano Salcedo me ha llevado por tiempos y espacios que no conocía y he podido ver, como las semillas del cambio trataban de entrar en la península española y como fueron sofocadas y cortadas de raíz, antes de que pudieran germinar. Al final, el olor a quemado flota en el aire y tienes la sensación de que Cristo (el arquetipo de la verdad), en su forma humana, ha vuelto a sacrificarse por los hombres para dejar testimonio de su fe y un rayo de esperanza para las generaciones futuras. 

A sabiendas de que es una novela, quisiera rescatar el mensaje que evoca, el de todas las personas que han muerto, en tiempos y tierras de oscuridad, para sembrar con su coherencia un punto de luz, un punto de restauración sobre el que las generaciones futuras pudieran volver y recuperar el tiempo histórico en su formato original.
Gracias a ellos, en nuestra tierra ya no es preciso morir para defender la libertad de conciencia y de expresión. El respeto a su memoria, nos garantiza el mantenimiento de nuestras libertades y habría que detenerse y reflexionar,…

Es más, te propongo que te detengas y reflexiones…

¿Cuál es la forma correcta de respetar su memoria? ¿Tendrían razón los que argumentaban que basta el sacrificio de Cristo para liberarnos de la duda y el dolor?Si es así ¿por qué sigue existiendo el sufrimiento, incluso para los que dicen creer?

En mi caso, hace tiempo que disolví las dudas sobre esta cuestión, y pude dar paz a la memoria de los caídos por la fe, al entender que ellos tenían como misión, primera y última, mantener abierto el camino hacia la libertad pero que dicho camino hay que recorrerlo por uno mismo, y en forma consciente, para quedar libres…