Nuestra voz. Conciencia sonora



Nuestra voz es la respuesta física o interna a la realidad social o externa; a la voz de los demás.

Las personas poseemos una conciencia sonora o biológica hecha presente en un cuerpo que refleja nuestra experiencia física de la realidad. Y también poseemos una conciencia visual/social. Una mente que refleja nuestra experiencia de la realidad, nuestro currículo social y educativo.

Nuestra memoria corporal se construye auditivamente. Nos construimos, crecemos, y regeneramos por medio de la palabra/sonido. Y nuestra imagen corporal es la expresión de nuestra vida sonora. Cuando tenemos incoherencias internas, cuando callamos u omitimos respuestas, cuando no respondemos con la verdad, etc., estas frecuencias anómalas se almacenan en nuestro interior y, lo que es más grave, van sedimentándose en nuestros riñones, calcificándolos e invalidándolos; también los ruidos descontrolados constantes atacan nuestra estructura química y actúan como demoledores. Cuando los ruidos o sonidos nos incomodan en horas nocturnas o de descanso, somos nosotros quienes los atraemos para «demoler» estructuras ya superadas y hay que aceptarlos como un mal menor y como parte de nuestra regeneración.

Los pensamientos dibujan nuestra realidad y crean los perfiles, a modo de bosquejos, a los que luego nuestras palabras dan vida y movimiento. Es importante controlar el flujo de pensamientos como si de tráfico rodado se tratase y nuestra conciencia como si fuera un guarda de tráfico o un semáforo, ya que los pensamientos provienen todos del exterior, son siempre relativos a algo o alguien y son diferentes a la voz de nuestra conciencia.

Los pensamientos se registran a modo de e-mail o pantalla visual (imagen), que hay que leer o interpretar. 
La voz de nuestra conciencia es sonora, se percibe sin volumen, pero es como si dentro de tu cabeza sonara una radio, y tú fueras el locutor-presentador. 

La voz de nuestra conciencia personal es la voz de nuestro cuerpo, por el contrario, las imágenes mentales o pensamientos son la expresión de nuestra conciencia social. Los pensamientos son atraídos en forma magnética por nuestra conciencia sonora-biológica de ahí la importancia de mantener un cuerpo sano y una actitud sana ante la vida, pues ambas se retroalimentan.

Por mucho que cuidemos nuestra salud física, no servirá de nada si no respetamos nuestros sentimientos y ahogamos la voz de nuestra conciencia. Al volvernos mudos, también nos volvemos sordos y dejamos de percibir el mundo que nos rodea, pues perdemos magnetismo o carga vibratoria; nos volvemos densos y opacos y la calidad de las imágenes e ideas que atraemos es inferior.

Los sentimientos son la respuesta visceral a la presencia del otro; el reflejo del efecto que su presencia causa en nuestro organismo. Cuando son negativos hay que extremar la higiene y no expresarlos ni fijarlos en personas de confianza o cercanas, pues es «pasarles la onda» y dar presencia a lo negativo (al otro), en tu vida.

Lo adecuado es tomar nota por escrito de los sentimientos negativos, positivarlos en forma de aprendizaje si es posible y alejarse lo antes posible de dicha persona (u onda), si el influjo negativo no cesa. Los sentimientos no mienten y reflejan el coste que te ocasiona dicha presencia en tu vida. 

IMPORTANTE: Cuando dos personas adultas conviven, hay que obviar la expresión oral de sentimientos; los sentimientos son propiedad privada y no hay que fijarlos hablando con el otro ya que son de responsabilidad personal. . Los sentimientos negativos hay que eliminarlos transmutándolos día a día, no se acumulan ni se congelan y tienen caducidad diaria, (como el pan). Los positivos se convierten en carga energética que se integra semanal o mensualmente; se trata de acumular sentimientos positivos para avanzar En función de esta carga acumulada se atraen pensamientos/ideas más o menos elevados, claros o directos.

Los sentimientos no se pueden fingir ni modificar ya que responden a la intención o memoria que tienes de la vida, lo sepas o no. Si los escuchas, sabrás quien eres. Son la voz de tu conciencia biológica, de tu yo personal y reflejan la evolución de tu vida. Negarlos es condenarte al estancamiento y al olvido.

Cuando una persona tiene sentimientos negativos hacia otra sin una causa obvia, o directa que los justifique hay que saber que es una proyección; lo mejor es alejarse, escribir y esperar a que pase la marea. Siempre que vemos algo negativo en otra persona sin una interacción negativa directa, es una proyección de algo nuestro que no aceptamos o reconocemos.

En la medida que una persona se expresa con más fluidez y espontaneidad, su velocidad de procesar imágenes e ideas mejora, su mente se agiliza y los procesos mentales se resuelven en forma automática, por lo general, en forma de sueños e inspiración artístico-creativa. Hay que recordar que, en los niños, la expresión física es básicamente motriz y emocional y, por tanto, en la medida que un adulto se comunica, más y mejor, su necesidad de expresión motriz y emocional bajarán sensiblemente.

Los sentimientos que no se positivan o gestionan en forma de aprendizaje consciente, en forma de acción o realización, necesitan ser expresados/compartidos porque se convierten en una carga. (menor capacidad de actuar más necesidad de compartir).

Por ejemplo: un sentimiento de admiración se positiva dando vida o realizando las cualidades que admiras en el otro. Si no, se puede convertir en resentimiento o envidia. Un sentimiento de amor, debe de convertirse en un abrazo, un beso, un muestra de afecto...; un sentimiento de odio o rechazo a de convertirse en un alejamiento directo o en una expulsión física de tu vida, de lo contrario, aumentará y de no expresarlo se convertirá en una dolencia física. Y así con cada uno de los sentimientos positivos y negativos que, día a día, se generen en nuestra conciencia corporal. Es importante reconocer todos nuestros sentimientos y gestionarlos en forma de ACCIONES.


«Todo tipo de arte, no es más que una acumulación de sentimientos, positivos o negativos, expresados en forma indirecta por medio de un lienzo, partitura o materia inerte (material de escultura) tratando de darles vida: la vida que no se pudo o se supo expresar directamente.»






En fin, hay que tener claro que, cuando somos adultos, los sentimientos nos mueven a la acción, son la guía o el camino a seguir y que las emociones son la forma infantil de moverse... (sin moverse del sitio). Una persona que respeta sus sentimientos no tiene nada que temer. Tan solo la represión y negación de los sentimientos acarrea problemas y dificultades de todo tipo.