Experiencia compartida por uno de los participantes del Biorritmo de otoño.
Días antes del taller pensaba en la función del otoño con la intención de que fuera el mejor vivido hasta ahora. Me vino la palabra en valenciano «La tardor», y pensé en la analogía entre el otoño y la tarde. Siempre me ha costado entender el concepto de los biorritmos, pero en este taller se me ha clarificado bastante. La tarde, es el momento del día en el que ya vas cerrando el trabajo e integrando lo vivido, (ya es tarde para seguir trabajando).
Es lo mismo que el otoño, vas integrando lo vivido durante el año; recoges las semillas para el próximo año porque ya es tarde para otras tareas. Es el tiempo de valorar, dar valor, darle sentido a lo vivido durante el año pese a que te parezca negativo.
Del biorritmo de otoño quiero destacar dos cosas...
La primera es el concepto de vivir: Vivir es nacer, crecer, reproducirse, desarrollarse y morir. Todo ello disfrutando. La humanidad se ha olvidado de desarrollarse, y también de disfrutar.
La segunda es la canción de “We wild rock you”; después de las palabras que se dicen en el taller, me viene la imagen de nuestros antepasados gritándonos: ¡¡espabilad y desarrollaos!! Porque ya no podéis crecer más.
· Yo soy el primero que me tengo que aplicar el cuento, por ello mi sentir en el taller ha sido este.
Todo lo que estamos viviendo desde hace años, con las crisis, las catástrofes y la cultura del miedo que se intenta imponer, tiene relación con lo que he dicho anteriormente. Para no verse influenciado por esto es necesario poner límites para que no entren los virus.
¡Vivir en el aquí y ahora!
